CAPÍTULO CIENTO OCHENTA Y UNO

KYLE

La mañana siguiente nunca se sintió así.

Ashley aún dormía a mi lado, su cabello un halo enredado sobre la almohada, su mano descansando sobre mi pecho como si me anclara al momento. Y tal vez lo hacía. Porque todo lo demás—el mundo fuera de este penthouse, el plan esperando ser puesto en mar...

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