CAPÍTULO CIENTO OCHENTA Y CUATRO

KYLE

Hay momentos que te cambian. Momentos en los que puedes sentir—físicamente sentir—tu corazón entrando en un nuevo ritmo, tu alma encajando como si finalmente hubiera encontrado el verdadero norte.

Este era uno de esos momentos.

Ashley estaba en mis brazos, su vestido revoloteando con el vien...

Inicia sesión y continúa leyendo