CAPÍTULO CUARENTA Y UNO

ASHLEY

NUNCA VOLVERÍA A BEBER WHISKEY.

Todo era diversión y juegos cuando el sol brillaba y el cosquilleo era cálido e inofensivo, pero en el frío abrazo de la noche, el whiskey se convertía en un cómplice traidor. Desenterraba recuerdos que debería haber enterrado hace mucho tiempo—la boca de Kyl...

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