CAPÍTULO OCHENTA Y SIETE

KYLE

Debería haberme ido.

Diablos, nunca debería haberla besado en primer lugar.

Pero en el segundo en que mis labios tocaron los de Ashley, toda la contención que había construido se vino abajo.

Ella era fuego y seda y maldito cielo, y yo era un hombre hambriento, desesperado por probar algo qu...

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