capítulo 20-nuevo

—Emilia, vamos, solo sal —digo, tratando de sacarla. La lluvia se había intensificado sin que me diera cuenta, y un relámpago iluminó la habitación por un segundo, mostrándome su cuerpo pequeño y frágil. Intenté convencerla de que saliera del rincón debajo de mi cama durante diez minutos. Logré mete...

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