capítulo 29

—¿Por qué insistes en luchar contra todo como si aún estuvieras sola? —Johnny toma aire, haciendo una pausa—. Sí, perdiste una manada, pero ganaste una nueva.

Johnny me mira y me besa suavemente en la frente.

—Nadie saldrá herido mientras no estés, pero tienes que irte, cariño. No puedo protegerte...

Inicia sesión y continúa leyendo