Capítulo 30

Esa noche, estaba cepillándome el cabello, revisando los mensajes de mi abuela en el teléfono y sonriendo como una idiota. Ella me estaba invitando a almorzar mañana—solo las dos. Algo sobre “tiempo de unión,” “nuevas llegadas de Hermes,” y “finalmente enseñarme a reconocer el cuero de cocodrilo del...

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