Capítulo 41

Jade jadeó. —¡EMILY. DÓNDE. ESTÁ. ESE. CUELLO?!

Retrocedí. —Ni siquiera—

Jade y Milan se lanzaron como gremlins. Antes de que pudiera alcanzar mi ratón para hacer clic y salvarme, Milan estaba tirando de mi coleta hacia un lado, Jade entrecerrando los ojos como Sherlock Holmes con rímel.

Ambas jadea...

Inicia sesión y continúa leyendo