Capítulo 62

Mis ojos se abrieron de par en par. —Tienes que ir. Y deberíamos aparecer—arruinar todo el evento. Parpadeé lentamente, como un felino contento. Mis labios se entreabrieron ligeramente, mi respiración se detuvo, la elegante línea de mi garganta se elevaba y bajaba con un trago.

—¿Por qué no estamos...

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