44. Respeto

Pero la mordida nunca ocurrió. Ella no la dio y de todas formas llegó bajo el doble asalto de su pulgar en su palpitante clítoris y sus frenéticos embates. La oleada de fluidos descendiendo por su miembro, combinada con la intensa presión de su ardiente sexo tirando de él, lo llevó al borde.

Marcus...

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