184

Isabella se apoyó en su pecho, sus grandes y claros ojos aún llenos de asombro.

Aprovechando la oportunidad, Andrew le robó un dulce beso, presionando sus labios firmemente contra los de ella.

Saliendo de su aturdimiento y frunciendo el ceño, ella lo empujó. —¿Qué haces aquí?

—Te extrañé —respond...

Inicia sesión y continúa leyendo