222

—Bueno. —Andrew la abrazó y le besó suavemente la frente.

—Andrew, no te reconocí. ¿Tú tampoco me reconociste? No he cambiado mucho desde entonces —preguntó Isabella, mirándolo hacia arriba.

—Has cambiado, te has vuelto aún más hermosa —dijo él, tratando de halagarla.

—¡Deja de ser tan zalamero! ...

Inicia sesión y continúa leyendo