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Andrew cerró su cuaderno y se giró para mirarla. Ella inclinó la cabeza hacia atrás, sonriéndole de manera tierna e inocente.

—Tío Soldado, eres tan guapo.

Él rió suavemente y con resignación.

—Está bien, deja de ser tan fanática. Señora Turner, puedes mirarme el resto de tu vida, no hay necesida...

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