259

Cuando Isabella habló hasta ese punto, la señora Ada y Elowen no pudieron decir nada más y en su lugar comenzaron a charlar casualmente.

—Isabella, ¿por qué no trajiste a tu hijo a casa? Incluso preparamos regalos —Elowen cambió rápidamente de tema.

Isabella mantuvo su actitud indiferente. En aque...

Inicia sesión y continúa leyendo