50

Mientras Evelyn lloraba, se olvidó por completo de defenderse.

—Victoria, ¿crees que derrotándome podrás tener una buena vida? Estoy embarazada del hijo de Caleb. Él no abandonará a su propia carne y sangre.

La expresión de Victoria se endureció por un momento, pero rápidamente recuperó su sonrisa...

Inicia sesión y continúa leyendo