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Un Rolls-Royce Phantom negro aparcado cerca parpadeó sus luces dos veces. Andrew se acercó a grandes zancadas, abrió la puerta y se sentó en el asiento del conductor, sus manos largas y limpias descansando en el volante. El coche salió lentamente del garaje.

Condujo despacio, buscando a Isabella po...

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