Disculpas - Parte I

Toda la familia estaba sentada con los ojos pegados a la mesa del desayuno, sin mirar a Torq en absoluto. Cada vez que uno de ellos levantaba la vista, se reían, lo que hacía que el resto de la mesa estallara en carcajadas.

Torq aclaró su garganta de nuevo —¿Alguien puede al menos mirar hacia arrib...

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