Atrapados como ratas - Parte II

—Maldita sea, Alcee.

—Lo sé, Mercurio.

—Él no era Don en ese entonces.

—No. Ahora lo es. De todos modos —ella estaba observando al sujeto de su conversación en su teléfono en el apartamento de enfrente, dando vueltas y posiblemente gritando—, no me vio, al menos no directamente. Hablamos a través...

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