Cabezas estúpidas - Parte II

Tito se levantó y levantó las manos frente a su pecho en señal defensiva.

—Sabes que estás en problemas, ¿verdad? Estás entrando aquí siendo muy atrevida.

—No lo sé —Alcee lo miró directamente a los ojos—. Estoy aquí porque Don Lozano lo ordenó y mi hermano me pidió que cumpliera, pero si piensas ...

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