Invitados - Parte II

Brunella se acercó a ellos y tocó a Antero en la nariz.

—¿Sabes, Antero, que tu padre cuando era pequeño necesitaba comer seis veces al día?

—Torquato nunca fue pequeño —gruñó Cicciu mientras le guiñaba un ojo a Antero—. Yo era el papá más orgulloso del niño más grande y fuerte, pero tenía que tra...

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