Su diosa - Parte I

—Mi boca.

—Sí, tu boca —chasqueó la lengua—. Me encanta todo de tu boca, Alcee. Mi polla sería feliz si pudiera elegir entre vivir permanentemente en tu coño o en tu boca, y sin duda elegiría la boca.

—Torq —no pudo evitar reírse de lo absurdo de su declaración.

—En serio. Encaja tan bien alreded...

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