Capítulo 30

Mientras los asesinos se acercaban, giré la esquina y disparé. Algunos se cubrieron, pero logré derribar a cuatro, cayendo al suelo y rodando hacia uno de sus cuerpos. Lo levanté y lo usé como escudo humano mientras más disparos eran lanzados. Mi cuerpo se sacudió con la fuerza de los impactos y la ...

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