Capítulo 31

Liliana

La luz de las velas parpadeaba contra las cortinas de seda de mis aposentos, proyectando sombras danzantes que se sincronizaban con el ritmo de mi placer. Mi espalda se apoyaba contra el poste ornamentado de la cama, los ojos entrecerrados mientras la satisfacción se extendía por mi cuerpo ...

Inicia sesión y continúa leyendo