Capítulo 34

Adelaide

Mi conciencia flotaba en una vasta extensión de puro vacío blanco, donde los conceptos de arriba y abajo, izquierda y derecha, no tenían sentido. El tiempo mismo parecía suspendido en esta quietud eterna, donde solo existía una paz perfecta. A lo lejos, fragmentos de estrellas se dispersab...

Inicia sesión y continúa leyendo