Capítulo 43

El viaje hacia la Fortaleza de Lycandor se sentía como un descenso al infierno mismo. Cada golpeteo de los cascos resonaba con el mismo temor que palpitaba en mi pecho, y el aire frío de la mañana cortaba mis pulmones como fragmentos de hielo. A mi lado, Thalia cabalgaba con una determinación sombrí...

Inicia sesión y continúa leyendo