Capítulo 88

Abrí la pesada puerta de roble de mis aposentos, mis hombros hundidos bajo el peso del agotamiento. El largo viaje y los acalorados debates en el consejo me habían drenado tanto física como mentalmente. Pero la vista que me recibió adentro hizo que mi cansado corazón se levantara—Adelaide estaba sen...

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