Capítulo 41

Dos oficiales entraron, sosteniendo brillantes esposas plateadas.

A partir de ahora, ya no eran el concejal y el vicepresidente del consejo de la ciudad de Hillcrest, solo prisioneros lamentables.

Las rápidas acciones de Eris sorprendieron a todos en la comisaría.

—Vaya, Eris no se anda con rodeo...

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