Capítulo 44

Ewan y Tate estaban sentados en la fría y austera celda, sin tener idea de lo que estaba ocurriendo afuera.

De repente, la puerta de la celda se abrió de golpe.

Terry estaba allí, luciendo molesto.

—Pueden irse.

Tate y Ewan quedaron atónitos.

Se miraron, ambos con expresiones de incredulidad.

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