Capítulo 309

El aire de la noche se sentía como una caricia en mi piel mientras miraba mi reflejo, examinando cada detalle de mi apariencia.

Mi vestido—un rojo vibrante que Angela insistía que resaltaba la 'salvajidad' de mis ojos color avellana—se ceñía a mis curvas, revelando lo justo para ser sofisticado y s...

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