108/ NO ME CALMO, ME VOY

Al día siguiente y después de desayunar y vestirnos, nos fuimos los tres de mi casa hacia el garaje donde Aaron tenía aparcado el coche. Mi esposo abrió la puerta del copiloto, para que yo me sentara, pero no me dio tiempo a sentarme pues Lucia sonriendo se sentó enseguida teniendo que sentarme yo e...

Inicia sesión y continúa leyendo