134/ MENTIRAS QUE DUELEN

Me puse de rodillas en la cama, como mi esposo me dijo, Aaron acarició con su mano mis nalgas, friccionando mi clítoris con sus dedos, haciéndome jadear y mover mi cuerpo. Sentí como iba introduciendo su glande, al principio poco a poco, hasta que de una embestida se introdujo dentro de mi. Primero ...

Inicia sesión y continúa leyendo