Armadura

—No sé si podré soportarlo— admitió ella, sus piernas se sentían débiles, incapaces de sostener su peso, y él se rió mientras su lengua recorría la línea de sus bragas. Ella gritó, la sensación era demasiado íntima, demasiado nueva. Incluso para una mujer que se consideraba tan experimentada en el a...

Inicia sesión y continúa leyendo