Capítulo 37 Condenado

Emilia Díaz

Revolví con manos temblorosas los bolsillos del pantalón de Álvaro hasta que, al fin, mis dedos rozaron el frío metal de la llave. La saqué de inmediato, sintiendo cómo el pulso me retumbaba en los oídos.

Con torpeza, encajé la llave en la cerradura y giré desesperada. La puerta se abr...

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