Capítulo 38 Roto

Álvaro Duarte

Abrí los ojos lentamente. Un dolor punzante en la cabeza me hizo fruncir el ceño. Mi espalda también se resentía, como si hubiera dormido en el suelo.

—Hasta que al fin despertaste.

Reconocí la voz de inmediato. Gael. ¿Gael?

Mi mente estaba nublada, aturdida. Parpadeé varias veces ...

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