Capítulo 67 Ya era parte de la familia

Emilia Díaz

—Te extraño… —musitó Álvaro, con voz grave rozando mi oído justo antes de besarme nuevamente, lento, como si saboreara cada milímetro de mis labios. Rodeó mi cintura con sus brazos con ese gesto posesivo que tanto me gustaba—. No puedo esperar a besarte y acariciarte como deseo… pero nu...

Inicia sesión y continúa leyendo