Capítulo 34.

Becca observó detenidamente el rostro pálido de Mica mientras dormía. Profundas ojeras se marcaban bajo sus ojos. ¡Como si no hubiese podido dormir la noche anterior! Estaba preocupada por Mica, pero no había mucho que ella pudiera hacer.

Aunque Onyx le había prometido estar a su lado, no sabía nad...

Inicia sesión y continúa leyendo