Capítulo 35.

La siguiente noche, Mica se aventuró a las montañas. En lo más alto del monte, el pie de Mica resbaló cuando pisó un pedazo de roca floja. Su mano se aferró a un arbusto, rompiéndose la piel gracias a las espinas.

«Acacia espinosa»

Ignorando el dolor, se impulsó para retomar el camino. Estaba s...

Inicia sesión y continúa leyendo