Capítulo 36.

Atlas podía recoger el aroma de la vainilla, pero no le extrañó. Estaban en un área donde solían abundar gracias a que ningún lobo toleraba su olor. A él no le repelía, pero tampoco lo disfrutaba; sin embargo, mezclado con el aroma de Mica, le resultaba muy atrayente.

Atlas pensó en lo loco que se ...

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