Capítulo 37.

El aire escapó de los pulmones de Mica, sus piernas casi perdieron su fuerza, pero solo el orgullo la mantuvo erguida. Firme como un roble.

Miles de emociones la atravesaron con la fuerza de un rayo, pero sus ojos no mostraron más de lo necesario. La herida en su cuello punzaba como si alguien le e...

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