Capítulo 51.

—Maldición, estaba segura de que era por aquí —gruñó Becca, apartando las rocas con sus manos desnudas, ignorando el dolor que le causaban los cortes.

Su corazón latía agitado y desesperado. Había quitado la mayoría de las piedras, pero la entrada no aparecía ante sus ojos.

—No puede ser, no pu...

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