Capítulo 102: Oh, vamos, Doc. Te encanta la adrenalina.

La ciudad estaba tranquila en las primeras horas de la mañana, pero dentro del ático, el aire estaba cargado de tensión. El resplandor de las pantallas de las computadoras iluminaba el rostro de Seraphina mientras se sentaba en la mesa del comedor, con los dedos suspendidos sobre el teclado, mirando...

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