Capítulo 115: CORRER.

El sol de la mañana se filtraba en el ático, dorado y cálido, pero la tensión en el aire era fría e implacable.

Seraphina estaba sentada en la isla de la cocina, sus dedos volando sobre el teclado, sus ojos fijos en la interminable corriente de datos que se deslizaban por la pantalla. Specter estab...

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