Capítulo 129: Viena.

Seraphina se sentó en la tenue luz del ático, sus dedos recorriendo las gastadas cubiertas de cuero de los dos diarios frente a ella. Uno le había sido dado por James—los últimos vestigios del trabajo de su madre que él había mantenido ocultos durante años. El otro lo había encontrado en esa instala...

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