Capítulo 28: Descansar es... aburrido

El suave resplandor del sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas del dormitorio del ático, pintando patrones dorados sobre la lujosa ropa de cama donde Sera yacía acurrucada entre almohadas. Estaba ligeramente incorporada, con su pierna herida cuidadosamente acolchada, y su laptop equil...

Inicia sesión y continúa leyendo