Capítulo 74: Los grandes cerebros necesitan mucha energía

Las puertas del ático se deslizaron con un leve zumbido, revelando la cálida familiaridad de su hogar. El suave aroma a lavanda del difusor los recibió, mezclándose con la fresca brisa del aire acondicionado. Seraphina entró primero, su mano aún entrelazada con la de Damon mientras observaba el ento...

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