Capítulo 80: Es como si el coche tuviera mente propia.

El suave zumbido de los electrónicos llenaba el ático mientras Seraphina se sentaba en su lugar habitual en la isla de la cocina, sus ojos esmeralda fijos en la pantalla de su laptop. Estaba realizando otra simulación para Specter, sus dedos volando sobre el teclado mientras refinaba los intrincados...

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