Sagrada

Era medianoche cuando me desperté y encontré la cama vacía a mi lado. Mi mano recorrió instintivamente mi vientre, ahora ligeramente abultado bajo el camisón de seda. Cuatro meses de embarazo. Dos meses de matrimonio con León. La extraña mezcla de nuestra farsa pública y nuestra pasión privada había...

Inicia sesión y continúa leyendo