Consentida por mi Daddy

La paleta cayó con más fuerza sobre la parte interna de mi muslo, peligrosamente cerca de mi coñito.

—Buena chica por admitirlo —aprobó León—. La honestidad siempre es recompensada.

Sentí sus dedos deslizarse entre mis pliegues, comprobando mi humedad. Estaba empapada, cada golpe de la paleta envi...

Inicia sesión y continúa leyendo