13

Lo sé.

Estaba entrando en la boca del lobo, y fui ingenua al no escapar a tiempo.

Pero si ese lobo te recibe con ropa casual, una pequeña sonrisa en los labios y un ramo de tulipanes rojos en las manos.

Dejar que te devorara era un premio.

Y un castigo.

—¿Tulipanes?— incliné la cabeza.

Se acer...

Inicia sesión y continúa leyendo