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Arthur Müller.

Hora actual.

Londres.

No puedo entender por qué no puedo sacarla de mi cabeza.

No, sí sé la razón. Admitirlo no era lo que me detenía.

Decírselo y que ella no correspondiera era la maldita bala en la frente que temía que disparara.

¿Qué hago con ella?

Me vuelve loco.

—Señor— l...

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